viernes, 27 de septiembre de 2019

Reseña:

Vladimir Nabokov: Lolita.

El prologo de esta historia, escrito por el mismo Nabokov, bajo el seudónimo de John Ray, jr, nos cuenta que tenemos en nuestras manos el manuscrito de la confesión de un criminal, escrita mientras espera a ser juzgado antes de morir por una trombosis coronaria. Lo que lleva a pensar al lector que esta apunto de presenciar un crimen, que hasta el final del libro se mantiene en misterio, pero desde luego Lolita es mucho más que eso...

El narrador de esta historia es Humbert Humbert de cuarenta años, que va a tratar de redimir sus pecados buscando la compresión de los lectores, a través de sus escritos. Nos cuenta el origen de su perversión y su gusto por las niñas de cierta edad a las que llama nínfulas. Habla de como conoció a Lolita, una niña de doce años, de la cual cae perdidamente enamorado al verla, y como, por todos los medios trato de impedir cualquier tipo de romance con ella. Va a tratar de explicar como no fue una tarea fácil ya que le parecía de lo más irresistible su seducción por ella, y que el destino no le dejo otra opción que casarse con su madre para poder permanecer cerca de ella, sin siquiera darse cuenta de todo lo que esto conllevaría con el pasar del tiempo.

Humbert consciente de toda la perversión que lo abruma y de la maldad que envuelve a todo aquello, trata que el lector no tome un juicio tan duro contra él.
Lo que deriva en un libro agridulce, que puede gustar o no, por qué aunque narrativa y estéticamente pueda ser considerado un libro perfecto, su contenido causa un choque entre nuestros valores morales y sociales.

En ocasiones, en las sensuales descripciones escritas por Humbert, un puede llegar a olvidarse de que lolita es una niña y dejarse llevar por las sensaciones del protagonista, pero ahí esta lolita para darnos una bofetada a la realidad, a través de alguna frase en la que queda en evidencia la edad que tiene.

Nabokov, no es solo capaz de transmitir de forma impecable la edad de los protagonista, si no que sabe jugar con las palabras, creando emociones y sensaciones que hacen de esta novela lo mejor de los clásicos.